Hace días que me siento frente a la computadora y no logro escribir nada, trato de hacerlo, deseo crear algo diferente pero es imposible, no es que no quiera, simplemente las ideas y las palabras no fluyen como normalmente lo hacen, estoy virtualmente bloqueado, siento brotar alguna idea buena en la cabeza pero de pronto todo se torna en blanco, veo todo nublado, no me siento muy inspirado, estoy turbado pero no se por qué. Quizá tenga algo que ver con lo que me sucedió en estos días, en realidad se trata de una mujer, una más que se suma a la larga lista de las mujeres que perdí, pero esta vez sin tener la menor idea del por qué la perdí, tampoco si la tuviera tendría muchas ganas de comentarlas, me siento muy decepcionado de esta relación, me siento muy decepcionado de Ella, yo esperaba algo más por lo poco que la conocía… felizmente no llegó a más, pero de lo malo debo rescatar que fue una relación muy bonita en el parpadeante y breve momento que duró.
Fue como un fruto inmaduro que recién estaba formándose y creciendo, se saltó la etapa de madurez para terminar pudriéndose, era como un barco a la deriva sin saber cuál es su puerto de llegada por falta de brújula, como quisiera poder eliminarla completamente de la lista de contactos de mi mente, como desearía que haciendo click y presionando suprimir la borrara completamente de mi sistema, un sistema que se siente abatido e infestado por un poderoso virus dejándolo invalidado y haciéndolo incapaz de poder utilizar todo su potencial de creación. Felizmente por ahí apareció un bello anti virus en forma de mujer que me está ayudando a levantar mi sistema y ponerlo operativo nuevamente, de la cual comentaré en el futuro.
Ahora que eliminé a Ella de mis contactos, por momentos me entran las ganas de querer saber qué es de su vida, si sigue trabajando en el mismo lugar, si continúa con las clases de violín. Me gustaría saber cómo están los abuelos, quizá conversar e intercambiar algunas palabras por más frías y cortantes que sean, pero luego me digo que no, no debo volver atrás, Ella me pidió que diera vuelta a la página, pero yo decidí cerrar el libro, ya que la historia que se escribía en él era pobre y sin sentido. Bueno como dice el poeta francés Jhon Keats, “El fracaso es el camino al éxito”, es decir, de las experiencias se aprende, pero yo de mis caídas nunca aprendo.
Quizá esté escribiendo estas líneas acompañado de unos compañeros que susurran en mis oídos estas palabras; amigos ya habituales en mi vida diaria, ellos no son más que una serie de sentimientos encontrados y tienen por nombres Cólera, Cariño, Nostalgia y Esperanza. Cólera por las cosas que pasaron y por la forma en que me pude haber comportado, quizá yo tenga la culpa de todos mis fracasos emocionales. Cariño por Ella, por todo lo que me brindó en el corto tiempo de ser historia en mi vida. Nostalgia por los momentos y las madrugadas intensas que compartimos. Esperanza de que algún día pueda encontrar esa alma que tanto ando buscando, aunque dicen que el amor no se busca, simplemente se presenta, llega en el momento menos esperado, bueno entonces yo ando buscando ese momento.
Como verás no tengo nada de que escribir, las palabras no fluyen, me encuentro bloqueado, con cero inspiración, con la mente en blanco y con el alma negra.
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